Así empezó la guerra

Después de ver Yo quería ser una chica Almodóvar pero dejó de tener sentido, tenía muchas ganas de ver el nuevo trabajo de la compañía La chacha del rey, esta vez en La Gleva (una sala que, vista su programación esta temporada hay que tener sí o sí en el radar porque, digámoslo claramente, tienen un gusto excelente a la hora de programar).

Así empezó la guerra es una obra de dos intérpretes que funciona a base de monólogos. Las interactuaciones entre el bedel que nos abre la puerta de la sala (Eduard Tudela) y la mujer que viene a desfogarse al ring (Laia Alberch) son siempre físicas, nunca de texto, y es que ambos son como las dos caras de una misma moneda, dos personajes que nos hablan de la angustia existencial; ella desde una perspectiva mental, intensa y en busca de respuestas, él desde la cotidianidad y la sencillez. Dos formas de enfrentarse al vacío, como nos explica Alberch en su primer monólogo, un texto que habla de la posición del creador y de las expectativas de los espectadores, un texto que resume con humildad y belleza el contrato entre artista y público que se establece en una sala de teatro, un texto que desprende tanta verdad, humildad y dignidad que me atrapó irremediablemente.

Después de este primer monólogo, pretendidamente estático para hacer brillar las palabras, veremos tres rounds (partes) en los que el cuerpo, el movimiento y la acción cobrarán protagonismo. En estos rounds Alberch explorará la culpa, la insatisfacción, la educación patriarcal, el miedo… la vida, en definitiva.

Con una puesta en escena sencilla pero en la que cada movimiento y cada elemento han llegado allí por un motivo, y unas interpretaciones precisas y entregadas, la belleza estética de Así empezó la guerra es indiscutible, como lo es su capacidad de fascinación. Una pieza a la que, tal vez, le faltarían unos minutos más para acabar de ser redonda, básicamente, porque nos deja con ganas de más. No es fácil.

 

Así empezó la guerra

Dirección: Laia Alberch. Texto: Laia Alberch y Eduard Tudela. Ayudantía de dirección: Paula Ribó. Intérpretes: Laia Alberch y Eduard Tudela. Espacio: Albert Ventura. Vestuario: Laia Alberch y Albert Ventura. Diseño de luces: Albert Ventura.

Sala: La Gleva. Fecha: 14/06/2018.

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