Laniakea

En primer lugar, tengo que pedir disculpas, porque llevo algo de retraso con el blog. Por distintos motivos, los últimos diez días han resultado intensos, y me ha costado encontrar un momento para sentarme a escribir. Pero aquí estamos.

Sin embargo, antes de entrar en materia, no puedo esquivar un tema importante. Laniakea se estrenó en el Antic Teatre, y dudo que un espectáculo de estas características pudiera haber encontrado otro hogar en Barcelona. Ahora que la sala de la calle Verdaguer i Callís se encuentra amenazada, como tantas y tantas vecinas de nuestra ciudad, por la maldita especulación inmobiliaria, la desregulación de los alquileres y la codicia extrema de los propietarios, es un buen momento para recordar que sin Antic Teatre nos quedamos sin un centro de producción y experimentación teatral imprescindible en nuestra ciudad. No nos podemos permitir perder el Antic, por eso os animo a seguir sus convocatorias en redes y estar allí cuando nos necesiten. Yo sé que estaré.

Y dicho esto, hablemos de Laniakea. Quizá a vosotros también os pasa. A mí, desde luego, sí. A veces soy capaz de observar un cielo estrellado y perderme en él con tranquilidad y serenidad y otras, en cambio, me pilla un agobio impresionante pensando que somos poco más que motas de polvo viajando a toda velocidad por el espacio en otra mota de polvo un poco más grande, sin tener ni idea de por qué demonios sucede todo esto. Cuando me pasa lo segundo, la sensación de vértigo es infinita y desagradable, y las ideas que me vienen a la mente están más relacionadas con el caos y el peligro que con cualquier otra cosa.

Sin embargo, Laniakea aborda esta angustia existencial de otra manera, desde otra perspectiva. En Laniakea, dos personajes, un hombre y una mujer, hablan del cosmos como un todo ordenado, con leyes, con certezas. Así, en su conversación, el cosmos se explica como una realidad a la que aferrarse, a pesar de no conocer de ella todos los secretos ni todos los motivos; como la única realidad posible, aunque inabarcable, cuya existencia, en lugar de vértigo, proporciona sosiego.

Blanca García y David Mallols protagonizan esta pieza que es un diálogo que mezcla la física con la filosofía y la poesía en una conversación que fluye y pasa de un tema a otro siguiendo un hilo a veces no demasiado obvio pero que funciona gracias al carisma, sobre todo, de García, que lleva, en general, el peso de la obra. En un espacio vacío donde se proyectan imágenes, noches estrelladas y otros efectos, Laniakea nos lleva de viaje al espacio exterior y al interior del alma humana, para intentar explicar que, tal vez, en el fondo, ambas cosas no son tan distintas. Y, sin ánimo de romper ninguna sorpresa, el espectáculo nos regala unos minutos finales de auténtico viaje estelar totalmente sorprendentes.

Laniakea es un espectáculo distinto, original en su concepción y su temática, una apuesta arriesgada e interesante que podéis recuperar este mismo viernes, día 14, en el Centre Cívic El Coll – La Bruguera.

Laniakea
Idea, creación, texto y escenografía: Sagan (Blanca García, Elena López, David Mallols). Intérpretes: Blanca García y David Mallols. Iluminación, vídeo y técnica: Daniel Miracle. Asesoramiento científico: Angela García. Coproducción: Antic Teatre, Asociación Cultural 3000 Ducados. Residencia artística: Centre Cívic Can Clariana, Centre Cívic El Coll. Residencia técnica: NauEstruch (Sabadell).
Sala: Antic Teatre. Fecha: 31/01/2020.

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