Este mes está teniendo lugar en la sala Àtic 22 una serie de lecturas dramatizadas de textos de autores venezolanos en el contexto del ciclo “Lecturas en red 2017”, organizado por Teatre del Argonautes.
El martes pasado el texto elegido fue La profesora, de Daniel Dannery, un texto duro que habla de la violencia como algo que se aprende: los hijos la aprenden de los padres, los padres, a menudo, la eligen para sobrevivir en un mundo hostil.
La profesora aborda con buen pulso temas incómodos y muy interesantes, utilizando como excusa la reunión de un padre con la profesora de su hijo. ¿El motivo? No puedo desvelarlo sin romper parte de la gracia del texto, que recurre a sucesivos giros y golpes de efecto muy bien dosificados para mantener en todo momento la tensión y la atención del público.
En escena, Clara Garcés y Pau Sastre quienes, pese a tener los textos en la mano (se trataba de una lectura), nos brindaron interpretaciones sólidas, con intención y una gran complicidad. Un trabajo excelente teniendo en cuenta el contexto. La elección de un hombre y una mujer para interpretar los dos roles es una aportación de la directora, la también venezolana Loredana Volpe, al texto, que plantea la conversación entre dos mujeres. Una vez visto, no puedo sino aplaudir este cambio en el reparto, ya que aporta una capa extra de discurso de género a la pieza y la hace, en mi opinión, mucho más verosímil y aguda.
La profesora nos ofrece una historia universal que, sin embargo, leída en clave venezolana puede darnos una idea de la gran violencia a la que se enfrenta su sociedad en estos momentos. No hablo en este caso de la violencia infligida propiamente por el Estado o las instituciones, sino de esa violencia estructural que penetra en la cotidianidad y que campa a sus anchas cuando un grupo se entrega al sálvese quien pueda. Una reflexión francamente interesante.