Mary Frankenstein Shelley

Sin haber pertenecido nunca a lo que se conoce como “tribus urbanas” (denominación que, por cierto, me parece una cursilada), tengo que confesar que siempre he sentido debilidad por la estética gótica, victoriana y steam punk. Resumiendo y simplificando en extremo para el profano, que me va el color negro, el encaje, los corsés y todo cuanto se asocia a este mundo, desde la ropa a la literatura, pasando por la música. Soy de gustos refinados. Así que cuando vi que en la Fènix se llevaba a escena Frankenstein, me pareció una buena idea dejarme caer por la sala.

Por desgracia, lo que vi no me acabo de convencer. Mary Frankenstein Shelley como insinúa su título, intenta encajar en 75 minutos dos relatos muy distintos: por un lado, la biografía de Mary Shelley y, por otro, la novela de Frankenstein. Primer error. Ya se dice que quien mucho abarca poco aprieta y, en este caso, el tópico resulta cierto. Además, y por desgracia, aunque al principio ambos relatos se intercalan de forma limpia y ordenada, a medida que avanza la narración se enreda en su propio caos hasta que, hacia el final, resulta ya imposible saber si estamos viendo una u otra historia, o si las actrices interpretan tal o cual papel, ya que se pierden hasta las referencias de vestuario.

Por otro lado, la narración no acaba de decidir en ningún momento si estamos ante una historia de horror gótico, un cabaret sensual y decadente, una pieza cómica u otro género. Esto hace que el relato avance a trompicones, con constantes cambios de ritmo y de tono. Esta indeterminación en la forma acaba afectando, por desgracia, a las interpretaciones de Alba Valldaura, Elena Visus y Aleyda Puerto quienes, a pesar de ello, hacen todo lo posible por mantener la coherencia del montaje y llevan a cabo un trabajo magnífico y nada fácil. Por su parte Felipe Cabezas, director y dramaturgo, actúa como maestro de ceremonias y se reserva el trabajo más carismático: el papel de Lord Byron y el de La Criatura (una entrañable marioneta de gran tamaño).

El resultado es un montaje que no consigue transmitir la esencia del relato de Frankenstein ni, por desgracia, profundizar en la biografía de Mary Shelley y qué nos deja con la duda de cuál era su intención. Una lástima.

Mary Frankenstein Shelley
Dramaturgia y dirección: Felipe Cabezas. Intérpretes: Alba Valldaura, Elena Visus, Aleyda Puerto y Felipe Cabezas. Música en vivo: Joange. Assessoria literaria: Xavi Quero. Dibujos: Tareq Salha y Wahab Zeglache. Construcción del títere: Vudú Teatro. Vestuario: Isabella Pintani i Elena Visus. Disseño de luces: Felipe Cabezas. Técnico de luces y videoproyecciones: David Homs. Vídeos: 3LEMENTS. Disseño gráfico: Isabella Pintani. Fotos: Genia Badano. Producción: Sala Fènix. Con el apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
Sala: Sala Fènix. Fecha: 18/03/2017. Fotografía: (c) Genia Badano.

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