La voz es una de las herramientas más potentes de un intérprete. Cualquier texto multiplica sus efectos evocadores si nos lo dice una buena voz. Una voz bien colocada, trabajada, con matices, puede mandarnos de viaje a otros lugares, otros momentos, otras sensaciones, otras emociones.
Y está claro que esto lo sabe bien Joana Brabo, que solo con su voz y algunos efectos de sonido nos lleva de ciudad en ciudad, de situación en situación, al ritmo de la ansiedad por un cigarro no encendido. Lo suyo es un homenaje a la palabra, al relato, a la poesía, incluso. A esa magia que tienen los sueños, que encadenan situaciones aparentemente inconexas mediante esa cosa intangible que es el yo, ese conjunto de recuerdos, experiencias y vivencias que nos hacen ser quienes somos.
Eso es, al fin y al cabo, Alone Together, un monólogo en forma de stream of consciousness que relaciona sensaciones y emociones vividas en lugares y contextos distintos y que construye un relato con los pequeños detalles sensoriales que dan sabor a la vida. La historia fluye con la facilidad de los textos bien construidos, con esa espontaneidad que nada tiene de espontánea, cargada de ideas, guiños, humor negro, reflexiones y aromas. Desde la intimidad más absoluta, con un ritmo imparable y una complicidad que nace desde el primer minuto, Brabo nos muestra su ansiedad, sus querencias, sus deseos y sus miedos con encanto y elegancia.
Alone Together es una experiencia colectiva en la más estricta intimidad. Una performance sencilla en esencia pero a la vez compleja e interesante. Un montaje en el que la clave reside en dejarse llevar y sumergirse de cabeza en un mar de palabras y evocaciones. Una experiencia muy recomendable que regresará en marzo a la cartelera en el Antic Teatre.