El niño de la tele

Después de estrenar Xarnegos en el Teatre Almeria hace apenas unos meses, Marc González de la Varga vuelve al ataque para recordarnos que el teatro contemporáneo catalán, a veces, también habla castellano y que Estados Unidos no es el único país que fabrica y devora a sus niños prodigio.

Así, Marc se ha aliado con Rubén Ramírez para contarnos su historia. ¿No os suena su nombre? Tranquilos, a mí tampoco me sonaba, pero su cara sí y ayer, viendo algunos vídeos de sus actuaciones durante el espectáculo, recordé que, efectivamente, Rubén había estado hasta en la sopa cuando yo era solo un poco mayor que él, y que un buen día había desaparecido sin que nadie nos diéramos cuenta ni (me temo) le echáramos de menos.

Sin embargo, la historia de Rubén no es la de un juguete roto, él mismo os dirá que ni sus padres le explotaban ni se ha drogado jamás, El niño de la tele no es uno de esos monólogos en el que alguien te narra su descenso a los infiernos para reaparecer como un héroe mientras todos derramamos la lagrimita. No. La historia de Rubén es la de una persona cualquiera que alcanzó su sueño muy pronto y luego, sencillamente, volvió a una vida corriente para la que nadie le había preparado. Una vida corriente como la de cualquiera de los que acabamos la universidad en plena crisis, una vida en un mundo de trabajo precario e inseguridad perpetua.

Sorprende la gran similitud del relato de Rubén con otras historias generacionales (pienso en textos de Joan Yago o Llàtzer Garcia), parece como si todos los de esta generación estuviéramos condenados a la insatisfacción, a la lucha contra los elementos y a la supervivencia precaria. Da igual el tamaño de nuestros sueños, nuestra infancia o la familia de la que vengamos. Da igual que de pequeños nos abrazara Chiquito de la Calzada, Nieves Herrero o la pescadera de la esquina.

Y es que no os dejéis engañar, El niño de la tele es un monólogo, pero no es stand up comedy, es una comedia, cómo no, pero tiene mucho de catarsis, de queja, de frustración. Lo que cuenta Rubén conmueve porque lo hace desde la verdad más descarnada, como aquel que ya no tiene nada que perder y solo aspira a volver a rozar por un momento lo que alguna vez fue. Cuando nos habla de su mala suerte (¡que la tiene!) nos reímos con él y no de él.

El niño de la tele es un monólogo muy divertido y autoreferente que, de alguna manera, conforma un inesperado relato generacional. Una historia de esas tan nuestras que hacen reír por no llorar y logran tocarnos la fibra. No os la perdáis.

El niño de la tele
Autores: Marc González de la Varga i Rubén Ramírez. Dirección: Marc González de la Varga. Reparto: Rubén Ramírez. Escenografía: Anna Tantull. Vestuario: Pentateatre i Singermornings. Diseño de iluminación: Xavi Gardés. Música y espacio sonoro: Marc González de la Varga. Vídeo: Pentateatre. Imagen: Clara Cols i Roser Blanch. Producción ejecutiva: Isis López i equip Flyhard.
Sala: Sala Flyhard. Fecha: 25/04/2016. Fotografía: (c) Roser Blanch.

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