La falta de referencias de todo tipo (incluidos el espacio y el tiempo) hace que el relato resulte inverosímil desde un principio. Que una persona cualquiera reciba la noticia del secuestro de su hija por boca de su ex y que todo le resulte “normal” es complicado de creer. Al menos aquí y ahora. Por muy marginal que sea el entorno (especialmente si lo es porque, quién va a secuestrar al hijo de alguien sin recursos económicos). La relación entre los secuestradores también es muy confusa. Al principio él le suplica a ella que no le deje nunca; después, hace amago de dejarla y le insiste en que no puede más; más tarde finge hacerle daño a la niña; luego lo niega todo y sostiene que ama a su compañera de crimen. Y todo ello en una hora y media, salpicado por conversaciones llenas de poesía (que no encajan para nada con lo que sabemos de los protagonistas), reflexiones más o menos manidas sobre la maternidad, un poco de sexo sadomasoquista y unas cuantas llamadas de teléfono al padre de la secuestrada. Con un ritmo lento e irregular y unos actores que parecían empeñados en susurrarlo todo.
Exprés acaba igual que empieza (no puede decirse que tenga un final claro) y te deja con la desagradable sensación de haber perdido el tiempo. Esperemos que solo haya sido un bache y que la próxima entrega del Cicló vuelva al nivel de la primera.
Exprés – Autor: Quique Culebras. Director: Javier Galitó-Cava. Reparto: Adeline Flaun y Eduardo Telletxea. Sala: Teatre Tantaranta. Fecha: 04/03/15. Fotografía: (c) Teatro de Cerca.