Empezaré diciendo que creo que el título no describe bien el espectáculo. Autorretrato de un joven capitalista español me hace pensar en economía y en ficción. Al leerlo, imaginaba un monólogo en clave irónica, tal vez un retrato hiriente sobre los jóvenes tiburones de las finanzas. Qué se yo. Pero no, no vimos nada de eso anoche sobre el escenario del Teatro Goya. La cosa fue mucho mejor.
Alberto San Juan se pone en manos de los libros para intentar comprender la España actual y, tal vez, comprenderse un poco a sí mismo. A su edad y después de saborear las mieles del éxito, se ve sumido en la crisis y se plantea qué ha ocurrido. Se cuestiona si, tal vez, lo engañaron en algún momento de su vida. Si, tal vez, las cartas estaban marcadas de antemano. Y así, se embarca (y nos embarca) en un viaje histórico desde el franquismo a nuestros días, pasando por la tan cacareada “transición ejemplar” para explicarnos que tiene poco de transición y casi nada de ejemplar.
Y lo hace con datos pero también con ritmo, siendo consciente en todo momento que estamos en un teatro y que nos está narrando una historia que nos tiene que enganchar. En ese aspecto, Alberto San Juan es todo un maestro. Domina el escenario, los tiempos, las reacciones, su propio cuerpo, todo, para agarrar al público y llevarlo a su terreno. Sabe armar un texto en el que mezcla datos, fechas y nombres, con su experiencia personal y su vida, para crear un todo totalmente inclasificable. Un todo que funciona porque es él quien lo controla y lo dirige. Porque, como actor, hasta cuando olvida el texto sabe darle la vuelta a la situación y ganar la partida.
Vivimos una época en que el teatro documental, político y de no ficción aparece cada vez más a menudo en la cartelera. Y creo que es algo que debemos celebrar. Este Autorretrato de un joven capitalista español nos permite asomarnos a una realidad que, aunque cercana, nos pilla un poco lejos (y sí, estoy hablando de Madrid). Y hace el esfuerzo de explicar una vez más (y las que haga falta) una historia que por creer conocida no nos preocupa tanto como debería.
Alberto San Juan solo estará en el Goya hasta el domingo y creo que vale la pena ir a verlo, por lo distinto de la propuesta, por lo que dice y, sobre todo, por el trabajo de ese pedazo de actor sobre las tablas. A mí me sorprendió.
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